- Amanece, me levanto y mi espinilla tropieza fuertemente
con la esquina de la cama. ¡OUCH!
- Fingen invitarme el pasaje, lo compruebo por qué al bajar
de la micro, el chofer me chifla que pague mi pasaje. ¡OSO TOTAL!
- Recuerdo una vez más que el niño hermético no me invitó a
su super boda que será dentro de un mes.
- En mi anterior trabajo, ofrecieron a los empleados un
viaje a Ixtapa por aniversario. ¡En mi actual trabajo tengo que pagar hasta el
agua que bebo!
- Potenciales nuevos amigos (que conocí en mi trabajo actual),
no lo son. Sólo han demostrado ser gente engreída y soberbia que no toleran que
una vieja sepa más que ellos. ¿Dejavú acaso?
- Mi mami está muy malita. Creo que mi papi también.
- Desde hace años, nuevos comienzos me llaman a gritos y por
cobardía no les hago caso.
- El “playboy” de mi trabajo me echó el ojo. ¡Qué horror!
Está bien feo. ¿Qué le ven las compañeras? Esquivo gloriosa sus garrazos.
- Una pareja de entrañables amigos, rompe su noviazgo de
años, veo pocas probabilidades de frecuentarlos a los dos (o con uno o con
otro, con los dos no creo que se pueda). ¡Vaya dilema!
- Vuelvo a ir sola al cine a ver películas que me gustan (no
puedo llevar a mi hija de tres años a ver violencia o sexo); si voy acompañada
es para ver películas infantiles. Paso las botanas de contrabando (sic).
- Estoy tan miope, que ya no reconozco a los vecinos cuando me
saludan en la calle.
- La colitis y la gastritis han vuelto. ¿Por qué? He
abandonado el Yoga desde hace un año.
- Y le estoy dando largas a empezar el capítulo más
importante de la novela que estoy escribiendo.
De ahí en fuera mi vida es bien maravillosa.
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